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Aviso: Debe quedar claro que la información que se muestra en este artículo debe tomarse como una ayuda, un punto de partida y en ningún caso pretende ser «el centro del Universo». Además, nunca se debe menospreciar toda la ayuda y experiencia que pueda ofrecer un músico. Esta información pretende guiar en los pasos para grabar pianos o teclados, no en su interpretación

 

TIPOS DE PIANOS, MODELOS Y AFINACIÓN

MICROFONÍA.

EQ, GRABACIÓN Y MEZCLA.

PIANOS ELÉCTRICOS.

ÓRGANOS.

OTROS TECLADOS.

 

TIPOS DE PIANOS, MODELOS Y AFINACIÓN.

Los mejores estudios suelen disponer de un piano de cola en la sala de grabación. Los mejores son los pianos de concierto de tres metros, pero también se obtienen buenos resultados con modelos más pequeños. El sonido grabado de un piano de pared no es tan grande, pero encaja muy bien en estilos como honky-tonk. Si la sala tiene una buena acústica, la colocación del micro resulta crucial para enriquecer la grabación con el sonido ambiental. Es más importante para música clásica y jazz que para rock y pop.

Existen cinco o seis grandes marcas de pianos que abastecen a los estudios de grabación más importantes del mundo. Los Steinway and Sons, fabricados en Hamburgo Y New York, son los favoritos para la música clásica por la indiscutible riqueza de su sonido. Para el jazz, se utilizan mucho los Bösendorfer, y el brillo de los Yamaha es apreciado en el rock. Cada estudio tiende a la configuración de su piano según sea el estilo al que más se dedica. Se nota en los martillos: más suaves para música clásica y más duros para el rock.

Otras marcas a tener en cuenta: Baldwin, Mason and Hamlin, Stuart and Sons, Bechstein, Kawai, Charles Walter, Fazioli, etc.

Cuando decidas en qué estudio vas a grabar el piano, comenta qué es lo que vas a hacer y pídeles que afinen su piano antes de empezar a grabar. Parece evidente, pero a veces se pasa por alto y un piano desafinado no te va a servir de mucho. La verdad es que realmente es muy raro que un estudio no tenga sus instrumentos afinados correctamente.

Tampoco podemos pasar por alto si tienes un amigo afortunado que disponga de un piano en su casa. Es en este aspecto donde sí se hace necesaria la comprobación del afinado del instrumento (sólo por si acaso).

 

MICROFONÍA.

Hay muchas alternativas para microfonar un piano, y cada ingeniero tiene la suya. Los micros de válvulas son los mejores para música clásica, en especial el Neumann U47, debido a su completa respuesta en frecuencia que permite capturar toda la riqueza de un Steinway. En este caso se suelen colocar un par de micros a media altura en el borde del piano, con la tapa abierta del todo (figura 1), uno de ellos está cerca del borde anterior y otro por detrás.

Si la sala posee un magnífico sonido puedes alejarlos un poco para capturar el ambiente, y si tienes problemas acércalos ligeramente al interior del piano. Lo más normal, es utilizar distancias que oscilan entre 1,5m y 2m. Con los pianos se consiguen grabaciones en estéreo si panoramizas los dos micros a izquierda y derecha, pero comprueba siempre el sonido en mono para evitar problemas de fase.

Para rock y pop conviene utilizar micros con una respuesta enfatizada en agudos. Lo mejor es colocar un par de AKG C414 ó 451 con patrón cardioide (para reducir el riesgo de cancelación) a unos 30cm por encima de los martillos (figura 2).

Si no necesitas tanto ataque, intenta alejar el par hacia el fondo del piano. En estos casos el sonido puede ser algo débil y conviene añadir un tercer micrófono a la fórmula. Coloca un Neumann U87 u otro micro a válvulas con patrón omnidireccional a media altura, en el borde exterior del piano y apuntando hacia dentro (figura 3). Eso puede añadir al sonido mucho más cuerpo y riqueza.

Se daba por sentado que sólo se grababa el piano, pero si éste forma parte de un grupo, quizás no puedas darte el lujo de abrir la tapa del todo y colocar micros de ambiente. Para evitar las fugas de sonido, baja la tapa y coloca dos micros dentro del piano como en la anterior figura 2; si persisten los problemas, trata de tapar el piano con una alfombra para aislar un poco más su sonido.

Como último recurso quedan los micros PZM, modelos «de espías» que puedes pegar por debajo de la tapa y cerrarla del todo. Puedes emplear micrófonos de cinta de contacto C-Ducer; están diseñados para directo, pero podrían salvarte el pellejo.

Para grabar un piano de pared, descubre su frontal. Abre la tapa, desmonta el panel frontal interior y podrás elevar todo el mecanismo. También podrías quitar la tapa de las teclas si quisieras. Empieza colocando dos micros de condensador apuntando hacia los martillos; la caja de resonancia debe estar situada a izquierda y derecha del pianista. Añade un micro de condensador omnidireccional o uno de válvulas por encima de la cabeza del pianista y mézclalo con los anteriores para enriquecer el piano con el sonido ambiental (si la sala suena bien).

Otra opción sería elevar el par de micrófonos por encima de la cabeza y alejar el omnidireccional (no deberías necesitarlo) hacia el interior de la sala.

 

EQ, GRABACIÓN Y MEZCLA.

EQ.

Si has elegido micros adecuados y te has preocupado de colocarlos de forma correcta, no tendrás que ecualizar mientras grabes. En general, basta con realzar los agudos en la etapa de mezcla. No obstante, recuerda que si grabas en cinta analógica deberías enfatizar los agudos por encima de 12KHz para contener el silbido de la cinta cuando vayas a mezclar. También podrías realzar la presencia, alrededor de 2KHz, si quieres que el piano destaque sobre otros instrumentos.

GRABACIÓN.

Un buen piano y unos buenos micros se merecen el mejor previo de micro posible. Si el estudio tiene un piano de cola, seguro que cuenta con unos buenos previos externos. Los viejos canales de Neve son ideales para pianos porque aseguran un sonido lleno, pero puedes usar otros modelos.

El margen dinámico de un piano es considerable, así que procura no grabar mucha señal. El pianista no suele tocar tan fuerte durante la prueba de sonido como cuando está grabando de verdad, en especial si es en directo. Conviene dejar suficiente margen para los picos y que estés preparado para bajar el nivel si es preciso.

Como los micros están cerca del músico, debes vigilar las fugas de los auriculares, y más en pasajes tranquilos. Reduce al mínimo posible el nivel de los auriculares y procura que no se cuele en la toma el click del metrónomo.

MEZCLA.

Es muy fácil tapar el sonido del piano con las guitarras o que interfiera con las voces. La compresión viene bien para nivelar la dinámica y conservar su presencia en la mezcla, pero aplícala con mesura. Un ataque intermedio conservará la parte percusiva, mientras que un desvanecimiento más rápido contribuirá a llenar el sonido.

La EQ puede añadir carácter al piano para que se acomode con las guitarras en la mezcla. Un realce en torno a 10 ó 12KHz le dejará más «aire» alrededor. En baladas o pistas más vacías puedes realzar la cola de graves, pero en una pista más llena no quedará espacio. Vigila cuánto ruido se cuela por los auriculares en las pistas vacías de piano puesto que la compresión y la EQ elevarán los niveles más tarde.

La reverb es magnífica, sobre todo en temas lentos. Por ejemplo, una buena reverb de muelles puede llegar a abrir un gran espacio para el piano, y una parte de bajo tocada con un piano empapado de reverb provoca siempre un efecto muy atmosférico, aunque claro, todo dependerá que lo que busques para tu tema.

PIANOS ELÉCTRICOS.

RHODES.

Fender Rhodes es el piano eléctrico más famoso y utilizado del mundo con muchísima diferencia. Vivió su apogeo en los años 70 con la explosión del jazz y el funk, pero todavía sigue sonando en muchas pistar de r’n’b, soul y dance.

El sonido clásico de Rhodes nos remite a MkII Suitcase, un modelo que incorpora un amplificador y un altavoz bajo el teclado. Stage Rhodes no incluye altavoz y pesa menos, pero en contrapartida necesita un amplificador. El ampli más utilizado es Fender Twin Reverb, porque fue usado en la fábrica para desarrollar este instrumento. Como segunda opción también se ven muchos Roland Jazz Chorus.

Para grabar un Suitcase coloca un micro dinámico (como por ejemplo, un Shure SM57) apuntando al altavoz interno. Ese mismo micro sirve para un Stage amplificado. Si quieres, graba la señal por inyección directa antes de ser amplificada y luego procésala con plug-ins simuladores de amplificadores o mediante equipos hardware como Line6 POD. Sin embargo, la propia naturaleza de Rhodes genera algunos molestos problemas de ruido. Tienen tanta tendencia a acoplarse y zumbar como las guitarras, pero también se llevan de maravilla con los pedales de efectos, desde los «phasers» y «chorus» hasta los «wahs» y trémolos.

EMULACIONES POR SOFTWARE.

Existen en el mercado muy buenas emulaciones hardware y software de pianos eléctricos. Las réplicas más reputadas entre el hardware digital las tiene Clavia Nord Electro 2, y el software más destacado es Emagic EVP88 (ó EVP73, la versión VSTi equivalente), que incluye los modelos más famosos de Rhodes (Suitcase y Stage) y la serie Wurlitzer 200. Basta decir que está avalado por Herbie Hancock, pianista eléctrico de dilatada carrera. Otro excelente piano eléctrico virtual as Applied AcousticsLoung Lizard, plug-in compatible con VST y MAS.

WURLITZER.

El piano eléctrico Wurlitzer es más propio del rock, porque su sonido se acomoda mejor con las guitarras. Su trémolo tiene un tono más furo y brillante que Rhodes, y también más acampanado. Aunque pesa lo suyo, resulta más fácil de transportar que el modelo de Fender. Incluye un pequeño ampli y un altavoz, pero no suenan demasiado bien. Lo mejor es conectar la salida jack de la parte inferior a un ampli y grabarlo directamente por línea.

 

ÓRGANOS.

HAMMOND.

Pronuncia «órgano» y enseguida pensarás en Hammond B3. Y no puedes pensar en un B3 sin un altavoz Leslie, lo cual es divertido porque cuando Mr. Leslie presentó a Mr. Hammond su flamante altavoz giratorio, éste se escandalizó y trató de rescindir el contrato firmado. Sin embargo, desde entonces han sido dispositivos inseparables que han firmado producciones muy diversas de r’n’b, rock y pop. Hammond reinó en los años 60, cuando sonaba en grandes discos de rock, soul y r’n’b de la época. Hace falta un talento especial para tocar este órgano, y si quieres añadir un Hammond a tus pistas deberías conseguir los servicios de un buen intérprete.

La clave de su sonido reside en el altavoz Leslie, un armario que incluye dos bocinas giratorias de graves y agudos, y un tambor de ventilación giratorio que dispara las bajas frecuencias desde un woofer estático inferior. Está incluido en un recinto de madera con persianas. Las bocinas giratorias crean un efecto doppler: el tono sube cuando están más cerca del oyente y baja cuando se alejan. Esto genera un chorus enriquecido por las reflexiones de las ondas en la sala, que a su vez generan armónicos del sonido directo.

Hammond lleva un control de la velocidad de giro del Leslie (lenta/rápida), pero el paso de una velocidad a otra no es inmediato y un buen intérprete sabrá introducir variaciones en la intensidad musical.

Los mejores Hammond para grabación son los modelos a válvulas más antiguos, porque el altavoz suena mucho mejor. Antes de microfonar el Leslie, colócalo en varios sitios de la sala para encontrar la mejor posición. EL modo de microfonar habitual es colocar un par de micros en las bocinas superiores y uno de gran diafragma en el woofer. La rotación del altavoz genera problemas de viento, pero quedan mitigados por las rejillas de la caja. Respecto a las bocinas superiores, usa micros dinámicos Shure SM57 y 58 ó bien un Sennheiser MD-421. Un par de micros de condensador tipo AKG 414 es muy aconsejable. Colócalos en lados opuestos del mueble, en ángulo de 180 grados, para que la modulación estéreo se acerce y aleje si panoramizas los micros a izquierda y derecha. Al ponerlos en lados adyacentes formando un ángulo de 90 grados, existirá mayor movimiento entre los extremos del campo estéreo. El micro del woofer puede ser un Neumann U87 o similar a válvulas, o un micro de bombo (AKG D 12, D112 ó EV RE20). Colócalo en la base, desde donde salen los sonidos graves. Los micrófonos estarán más o menos cerca del altavoz según la acústica de la sala y los problemas con el viento. Si suena bien, puedes alejarlos y resolver el ruido del viento. Si retumba, acércalos al mueble y cúbrelos con espuma antiviento.

VOX CONTINENTAL.

El órgano Vox Continental fue una importante alternativa a Hammond en los años 60. Sus posibilidades están más limitadas, pero posee un vibrato muy característico y, si lo asocias a un buen ampli y varios pedales de efectos, puedes sacarle algunos sonidos muy especiales. Eso hicieron The Monkees, The Animals y The Doors (Light my fire).

ÓRGANOS EMULADOS.

La mejor emulación por software de un órgano es Native Instruments B4, un plug-in VSTi que modela órganos según su conservación y estilo. Emagic EVB3 se acerca mucho, pero un amante de Hammond debería tener un Native Instruments B4 para trabajar.

 

OTROS TECLADOS.

MELLOTRÓN.

Inventado en 1946 por Harry Chamberlín, podemos considerar que el Mellotrón fue el primer sampler de la historia. Incluía unas cuantas cintar pregrabadas con sonidos de cello y flauta que se reproducían al pulsar una tecla. Este sencillo y efectivo mecanismo ofrecía un característico sonido lo-fi usado por The Beatles y Rolling Stones. Las emulaciones por software son más prácticas que un Mellotrón auténtico porque los instrumentos reales no son estables y, entre ellas, GMedia M-Tron es la mejor con mucha diferencia.

CLAVINET.

Hohner diseñó y fabricó Clavinet para emular el sonido del clavicordio. Se trata de un teclado con macillos que golpean un conjunto de cuerdas y luego amplifica esas vibraciones de forma similar a la guitarra eléctrica. Tiene un sonido muy funky que Steve Wonder popularizó en el tema «Superstition» y, aunque la señal directa suena de maravilla, gana mucho cuerpo si lo enchufas a un ampli y recoges su salida con un micro, como si fuera una guitarra eléctrica. El emulador Emagic EVD6 resulta estupendo.

CLAVICORDIO.

Otro instrumento pulsado, como Clavinet, pero éste es exclusivo del mundo clásico (piensa en JS Batch). The Stranglers lo utilizaron en el tema Golden Brown, demostrando la riqueza de los sonidos que puede generar este instrumento.

SINTES Y SAMPLERS HARDWARE.

A la hora de grabar sintetizadores y samplers modernos basta con conectar la salida de estos equipos a un previo o mezclador, y grabarla más adelante. Estos equipos pueden generar cualquier sonido que quieras, añadiendo incluso simulaciones de amplis y altavoces. Sólo debes sacar ese sonido de la máquina y llevarlo al disco duro con la máxima limpieza, para lo cual es recomendable usar conexiones digitales AES/EBU o S/PDIF que minimizan la degradación de la señal. Sin embargo, utilizando amplis y pedales de efectos se obtienen sonidos mucho más interesantes que con los algoritmos de efectos internos, aunque la mayoría de la gente es demasiado perezosa para ocuparse de estos detalles. El gran atractivo de los sintes y los samplers reside en sus amplias posibilidades para esculpir sonidos. Son los verdaderos artífices de la conversión del ruido en un elemento musical sobre la melodía, así como los reyes de la escena dance.

CONCLUSIÓN.

La enorme diversidad de sonidos que ofrecen los instrumentos modernos debería ser liberadora y creativa, pero también es responsable en parte del carácter que define la insípida música que podemos escuchar en estos tiempos. Hammond tiene una gama de sonidos muy limitada si la comparamos con un sinte moderno, pero ha conservado su protagonismo en el rock, el pop y el r’n’b’ desde los años 60. Por culpa de esta diversidad resulta difícil que alguien desarrolle algún instrumento con más personalidad sonora, ya que no tendría tiempo para establecer su identidad, lo cual…………es una pena.