En el año 2004 comienza oficialmente la andadura de Estudio Marhea, aunque por mi parte ya llevaba trabajando en este proyecto desde 1994. A lo largo de estos 9 años se puede decir que nos ha pasado de todo un poco (entre cosas buenas y malas): el estudio original fué gravemente dañado en el 2009 por un temporal, los reproductores de cinta casi no se utilizan (sólo para su mantenimiento), el sitio web ha ido cambiando y sufriendo las modificaciones necesarias para ser lo más funcional posible, los manuales de sonido son utilizados por algunas universidades como un complemento e incluso hemos llegado a detectar la venta fraudulenta de los manuales (tras la correspondiente denuncia, se han retirado) en formato pdf,  las restauraciones de audio han ido decayendo para sufrir en las últimas semanas un ligero repunte, nos hemos atrevido con la edición de video, en un par de casos se nos han ido «sin pagar» y en algunos hemos trabajado «gratis» por ingenuidad …, quizás.

Durante estos años, hemos ido aprendiendo muchas cosas y perfeccionando otras. En las restauraciones de tratamiento forense para procedimientos judiciales hemos pasado momentos muy tensos escuchando conversaciones muy duras. Por otro lado hemos restaurado digitalmente auténticas joyas musicales como un LP de Johnny Rivers: En directo en el Whiskey A Gogo (Los Ángeles) de 1968 del cual no existe edición digital. Recuerdo que la restauración de música más tediosa que hemos tenido que realizar ha sido de un disco de ópera rusa, no por el trabajo en sí mismo, sino porque nos quedábamos literalmente dormidos.

Recuerdo con mucho cariño el primer software que utilizaba para grabar en el ordenador y con el que realizaba mis primeras restauraciones de audio: el Cool Edit 96.

Cool Edit 96 Screenshot

Tecnología en vanguardia. Terriblemente lento pero eficaz. Le costaba procesar una grabación de 10 minutos cerca de media hora en un portátil de 32 mb de RAM.

Posteriormente me lanzaría a por el rey de la casa:

cool_edit_pro

Pero en fin. Sigamos.

Un amigo de un amigo nos encargó en una ocasión una mezcla de un par de temas para una maqueta. Creo recordar que sería por el año 2005. Confiadamente, le entregamos el trabajo para que nos diera una opinión por si había que hacer algún cambio. No supimos más de él. Todavía estamos esperando para cobrar. Lo único que sabemos es que uno de los temas estuvo a la venta en algún canal de venta de música (o algo parecido) que había en el 2007. No sería el único trabajo que perderíamos de cobrar, desgraciadamente.

Nuestro método de trabajo en las restauraciones era mostrarle al futuro cliente cómo quedaría el audio después de la restauración, o de una mezcla o masterizaciones. Para ello le mostrábamos un tramo de un par de minutos ya procesados para que decidiera sobre el resultado antes de abonar el trabajo. Hasta hace poco.

El trabajo se realiza sobre toda la muestra de audio. En la mayoría de las ocasiones, sobre todo en restauraciones de audio, una simple muestra de 10 minutos nos puede llevar dos días terminarla (el proceso de análisis es largo ya que se realiza un completo estudio del audio y de sus frecuencias). Al terminar el trabajo se presentaba vía descarga por servidor de nuestra web un extracto del resultado. En alguna ocasión parece que no llegaba a cuajar el resultado y el cliente optaba por «desaparecer» sin más explicaciones.

Siempre solemos decir en las comunicaciones con nuestros clientes, que es literalmente imposible separar la harina de una tarta o de un bizcocho. Las técnicas que se emplean en la serie de tv C.S.I, no existen. Es muy posible eliminar los ruidos y defectos sonoros, pero a costa de dañar colateralmente el resto del audio.

A pesar de todo eso, muchos se lanzan pensando que seguro que lo conseguimos, y después de escuchar el resultado se echan para atrás y se acabó.

Por ello, desde ya hace algunos días, hemos puesto en práctica un nuevo sistema. Todo cliente que desee escuchar un tramo de su audio procesado deberá abonar (por cualquiera de los métodos de pago que tenemos) 10€ por descargar una muestra restaurada (de duración NO superior a 30 segundos). En el caso de que el cliente esté satisfecho con el resultado y quiera proceder a su descarga los 10€ serán descontados en el precio final.

Con esta medida hemos descubierto que no sólo seguimos manteniendo a nuestros clientes fijos, sino que también muchos ni siquiera quieren escuchar la muestra restaurada alegando «absoluta confianza» en nuestro informe preliminar y en la calidad de la restauración.

Con respecto a este sistema sobre los proyectos audiovisuales, decir que no ha tenido repercusión ninguna debido principalmente a que el cliente puede venir al estudio en cualquier momento para comprobar cómo va el proceso de edición y normalmente se entrega el resultado en soporte digital previo pago de la cantidad facturada.

Todo esto lo comento después de haber leído en el muro de Facebook de un magnífico profesional filmaker un par de cosas de no son precisamente de lo más agradable. Son casos parecidos a los que comentaba anteriormente, pero con el agravante del abuso de confianza.

Hablando de lo audiovisual, escuché cierto día el siguiente comentario en un estudio de fotografía:

«Los profesionales procuran en el 100% de los casos, presentar un buen trabajo. «El amigo» famoso (tengo un amigo que me lo hace más barato, o el primo de mi amigo lo hace encantado y gratis) procura hacer una cosa bonita.»

No quiero llegar a pensar en ese extremo, pero es muy cierto que:

(salvo que el «amigo» sea un profesional) cuando restauran un vinilo no suelen lavar el disco, ni utilizar platos giradiscos con agujas adecuadas, ni tienen conversores analógicos-digitales profesionales. Sin embargo, es posible que tengan algún programa sencillo para limpiar los ruidos de los vinilos, pero su experiencia a la hora de manejarlo suele ser muy escasa.

(salvo que el «amigo» sea un profesional) cuando hacen un video de una boda, no suelen gastarse una fortuna en un equipo de calidad, si la cámara no tiene estabilizador (sería raro que tuvieran una steadycam) tiembla mucho la imagen, abusan de contraluces misteriosos. Luego llega el momento de la edición y algunos tardan porque no tienen tiempo. Otros no pueden ir más rápido porque han descubierto que su ordenador no es tan rápido como parecía. Otros al final entregan un trabajo «bonito» con un video de dos horas donde va todo, o un video de 15 minutos donde sólo está la ceremonia.

Captura boda

 

Mis queridos amigos y clientes de Estudio Marhea, estos últimos comentarios están hechos en tono sarcástico. Es sólo una forma de expresar el descontento que existe en las últimas semanas entre los profesionales del audiovisual. Por supuesto que nunca criticaré el trabajo de un editor aficionado o un «amigo» que lo hace gratis. Esa faceta le corresponde al «cliente» que ha hecho el encargo y a la gente que lo vaya a ver.

Un cordial saludo.